jueves, 18 de febrero de 2016

Niños, miren al mediocentro



Los niños entienden que la esencia misma del fútbol es hacer goles. Crecen queriendo ser el delantero decisivo, el que convierte el gol en la hora ante el clásico rival y le da el campeonato a los suyos.

Quieren ser queridos, ¿y qué goleador no lo es?

Sin embargo, cuando crecen un poquito más entienden la otra parte que nadie les cuenta, esa que la vida misma –o el fútbol- se encarga de dar como lección trascendental: los delanteros no hacen goles si no tienen quién les pase la pelota.

Es así como muchos van bajando un poquito más a construir, y descubren que el laboratorio es en el mediocampo,  que la pelota que va al área es un producto ya fabricado.

En esa revelación, las dudas existenciales que todo adolescente tiene se meten cancha adentro, a jugar de número cinco contra ellos mismos: “¿Tengo mejor pie para pasar que para definir?; ¿doy más asistencias que goles?”; ¿qué disfruto más: hacerlos o construirlos?”; “¡Uy! creo que pienso más rápido –y mejor- que los demás: mis recursos funcionan mejor en mediocampo que en el área misma”.

Allí, querido lector, es cuando empieza a gestarse un mediocentro.

Es entonces cuando el formador deberá decidir junto con el jugador dónde es más efectivo y se siente más cómodo: si en el área o en el medio.

Si es en el área, no queda más que entrenarlo y cruzar los dedos, a ver si el paso del tiempo lo convierte en un rompe-redes y en ocasiones apelar a su inspiración. Como decía Tito Vilanova: “Uno es entrenador hasta los últimos veinte metros del campo”.

Si es en el medio, hay que marcarle algunas pautas básicas que todo buen mediocentro que se precie de ser tal debe tener en cuenta.

I- Triángulos. Siempre atrás de la pelota: para tener una visión completa del campo y ser el apoyo de los que vienen por delante, en caso de no tener jugadores a quién pasar en la próxima línea.

II- Si no tengo pase traslado o vuelvo a atrás, pero no paso por pasar.

III- Mejor un buen pase largo que cinco en corto. Si hay posibilidad de generar peligro inmediato, lo mejor es buscar al jugador más alejado (si está bien posicionado).

“Mirar lejos. Lo primero que nos pedía Johan es que mirásemos lejos, a Romario” 
 Pep Guardiola
IV- Paciencia: jugamos hacia los costados para juntar rivales y así conseguir espacios por el otro lado.

V-  Sentido posicional y buen manejo de ambos pies: al ser el circuncentro, tenemos la mayor cantidad de opciones de pase, eso significa que debemos jugar hacia los dos lados, a diferencia de un volante que está recostado en una banda

VI- Lo que debe correr es la pelota. El cinco que corre hasta quedar desbocado está perdiendo cada vez más peso, y el prototipo de centrocampista creativo es tenido mucho más en cuenta. Si te fijas bien, todo equipo que juega bien tiene uno. No hace falta correr tanto, hay que estar en el lugar indicado en el momento indicado: calidad por cantidad.

VII- Jugar a un toque: De esta forma evitamos la presión alta y el acoso rival sobre nosotros. Es una de las formas más efectivas de vulnerar una línea contraria entera.


Johan Cruyff sobre el mediocentro “defensivo”:
Se trata de una figura que se mueve por el centro y debe saber hacer muchas más cosas que sombra al rival […] También deberá saber jugar bien el balón: cuanto menos lo pierda, menos tendrá que defender. Esto último es importante porque el flujo de la creación de juego pasa inmediatamente por él. Debido a la anchura del campo (alrededor de sesenta metros), para la mayoría de los jugadores resulta difícil pasar de un solo toque el balón de una mitad del campo a la otra. El centrocampista defensivo sirve entonces como enganche, y a partir de ahí, puede jugar hacia la derecha o hacia la izquierda […] En resumen, es una pieza fundamental del equipo”.
Escrito en: "Fútbol, mi filosofía".

Hace unos días leí una frase en Twitter que me dejó pensando y que sintetiza muy bien lo que debe representar un mediocentro:
Si miras el partido no verás a Busquets, pero si miras a Busquets verás todo el partido”.
Un buen mediocentro tiene que ser el mejor albañil, uno tan inteligente que en algún momento pase a ser ingeniero: el que gestiona y aprueba,  el que vigila que todo esté bien hecho.

0 comentarios:

Publicar un comentario